Ministerio de la Mujer

El Departamento de Ministerios de la Mujer se ocupa de ministrar a las necesidades espirituales, emocionales, físicas y sociales de las mujeres de diversas partes del mundo. Anima a las mujeres para que mejoren su potencial y participación en la misión de la iglesia. Brinda un sistema de apoyo para las mujeres que sufren, y un foro donde discutir temas y cuestiones que afectan a las mujeres tanto dentro como fuera de la iglesia. Promueve programas que buscan ser mentores de las jóvenes, y estimula académicamente a las jóvenes mediante un programa de becas.

“Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles”. Salmo 127:1

¿POR QUÉ UN MINISTERIO DE LAS MUJERES?

El objetivo básico de un Ministerio de Mujeres es reunirlas con el propósito de compartir la vida de Cristo con ellas y por medio de ellas. Un ministerio de mujeres no es un club o un grupo exclusivo. Su propósito es proporcionar las herramientas de construcción necesarias para que cada mujer llegue a lo profundo de su corazón y pueda ser edificada para llegar al llamado y el propósito de Dios para ella. Debido a que el ministerio de mujeres es mucho más que un grupo, es vital buscar la intención, la dirección y la visión de Dios en cada paso a lo largo del camino.
Dios creó a las mujeres más orientadas hacia las relaciones y por esa razón nos desarrollamos cuando nuestras relaciones prosperan. Sin embargo, en la cultura actual la mujer se encuentra muchas veces aislada, ya sea soltera, una mamá que trabaja en casa o fuera del hogar. La Iglesia tiene la oportunidad de ministrar las necesidades de relación de las mujeres, proporcionando oportunidades de encuentro para que se produzca una comunión centrada en Cristo y un crecimiento espiritual.

Los estudios demuestran que las mujeres forman una parte integral de la vida diaria de la sociedad. Algunas de ellas son voluntarias, líderes y consejeras. Como mujeres, también nos enfrentamos a desafíos personales que hacen que nos sea difícil mantener la cabeza a flote y nuestras prioridades a raya. Para mejorar la salud espiritual de la comunidad, es imperativo mejorar la vitalidad espiritual de las mujeres que hay en ella.